Hemos informado previamente sobre investigaciones que muestran que la pérdida de audición es un factor de riesgo en el deterioro cognitivo y la demencia. Ahora hay una evidencia más sólida aún de que la pérdida de audición no solo está relacionada con el deterioro cognitivo y la demencia, sino que el uso de audífonos puede ayudar a proteger al cerebro de estas afecciones del envejecimiento.
Resultados de un estudio reciente del Proyecto SENSE-Cog “mostraron una reducción en la tasa de deterioro cognitivo después del uso de audífonos, lo que sugiere que la identificación y el tratamiento eficaces de la discapacidad auditiva relacionada con la edad pueden tener un impacto significativo en las trayectorias cognitivas asociadas a la edad (Figura 1 a continuación) y posiblemente reduzcan la incidencia de la demencia”, informa un artículo de la edición de enero de 2019 de The Hearing Review.
En primer lugar, debemos entender cómo procesa el cerebro el sonido en adultos sin pérdida de audición. Los investigadores han estudiado y continúan estudiando cómo y dónde son procesados y percibidos los sonidos por el cerebro. Han descubierto que hay un vínculo entre la audición y la cognición, el proceso del cerebro de percibir y comprender.
Gracias a las imágenes magnéticas, los científicos pueden observar el cerebro y ver cómo se activa en respuesta a ciertos sonidos. Han descubierto que no escuchamos con una sola parte de nuestro cerebro. El proceso de audición también estimula otras áreas cerebrales. Los científicos creen que hay una asociación de doble vía entre la audición y la cognición. El sonido activa la corteza auditiva; los procesos cognitivos y de la corteza cerebral influyen en la forma en que escuchamos.
Debido a que hay una disminución en los estímulos acústicos y privación sensorial, la pérdida de audición puede conducir a cambios estructurales y funcionales en el cerebro. Estos cambios estructurales y funcionales pueden afectar la capacidad del cerebro para procesar y percibir sonidos y pueden contribuir al deterioro cognitivo.
El cerebro se ve obligado a compensar estas pérdidas activando circuitos alternativos. Recurre a redes de neuronas accesorias y eso significa que se necesita un mayor esfuerzo cognitivo para eliminar sonidos irrelevantes, como el ruido de fondo, y se necesita más concentración para la audición.
Un alto esfuerzo cognitivo reduce la cantidad de recursos cerebrales disponibles para procesar todo lo demás. Hay menos reserva cognitiva para aprovechar. Por lo tanto, cosas como la concentración, la memoria y la capacidad de planificación pueden verse afectadas. Es más fácil distraerse. La decodificación y el procesamiento constantes de sonidos pueden implicar el uso de una gran cantidad de recursos mentales, lo que puede ser agotador y, con el tiempo, conducir a evitar las interacciones sociales.
El estudio SENSE-Cog se destaca de las investigaciones anteriores porque compara los cambios cognitivos antes y después del uso de audífonos en las mismas personas con dificultades auditivas. (Estudios más antiguos compararon los resultados cognitivos en usuarios de audífonos y no usuarios). Los autores del artículo The Hearing Review “encontraron evidencia convincente que sugiere un vínculo entre el uso de audífonos y un deterioro cognitivo más lento”.
También ofrecen posibles razones para la conexión entre el uso de audífonos y la disminución del deterioro cognitivo. Según una hipótesis, el uso de audífonos “puede reducir la depresión, promover la estimulación cognitiva (y) promover una mayor actividad física o la autoeficacia, todo lo cual protege la función cognitiva”. Otra hipótesis se basa en el uso de audífonos para reducir los efectos adversos de la privación sensorial en el funcionamiento cerebral, como se mencionó anteriormente.
El estudio del proyecto SENSE-Cox “sugiere que mejorar (la) prevención, identificación y tratamiento de la discapacidad auditiva puede ayudar a retrasar el inicio del deterioro cognitivo y a reducir la inminente epidemia de demencia”, afirma el artículo The Hearing Review, el cual concluyó con: “Una buena salud auditiva puede ser vital para una buena salud cognitiva”. El estudio del proyecto SENSE-Cox destaca la importancia de reconocer y tratar una discapacidad auditiva para proteger su función cerebral.
Añadir exámenes auditivos a su rutina de salud preventiva puede ayudarle a detectar cambios en su audición, lo que permite un tratamiento rápido para mantener intacta su función auditiva y cerebral. Programe una cita con un proveedor cercano ahora
