Conozca a nuestros dos audiólogos

Tom: Mi parte favorita es ver los cambios en las vidas de las personas como resultado de volver a oír. Especialmente en el caso de los niños. Se ve lo bien que les va en la escuela a medida que crecen. Además, en el caso de los adultos, se ve el cambio en sus relaciones con los miembros de la familia porque pueden oír y participar de nuevo.

Carrie:  Lo mejor de trabajar como audióloga es volver a conectar a las personas con sus familias. La pérdida de audición se produce de forma tan gradual que la mayoría de las personas no saben realmente cuánta audición perdieron y cuánto tiempo estuvieron luchando hasta que se les colocan audífonos y se reincorporan al mundo. Hace unos meses, en la fiesta de despedida de un amigo, una mujer se me acercó, me dio un gran abrazo y me agradeció. No tenía idea de quién era, pero estaba en un comité con su marido y él tenía muchas dudas sobre los audífonos. Le di una charla motivadora, le hablé de los beneficios de los audífonos y lo alenté a consultar a un audiólogo. Aparentemente, siguió mi consejo, acudió a un audiólogo que le recomendó su médico de atención primaria y le colocaron audífonos. Como explicó su esposa, muy contenta, volvió a oír y a participar en la vida.

Tom:  Colocarle unos audífonos a un bebé de 3 meses y ver su reacción al oír el sonido y cómo se le abrieron los ojos de asombro. Luego, ver a su madre llorar al darse cuenta de que su bebé ahora podía oír su voz. Fue un momento hermoso.

Carrie: Siempre recuerdo a un paciente gruñón que tuve hace años. Tenía una pérdida auditiva muy grave y se resistía mucho al uso de audífonos. Una vez que conseguí colocarle la amplificación, seguía siendo bastante difícil, quejándose de todo: los sonidos eran demasiado fuertes, no lo suficientemente fuertes, no le gustaba el aspecto de los audífonos ni cómo se sentían en sus oídos. Luego de varias citas de seguimiento, finalmente aceptó usar sus audífonos. Varios meses después, se presentó en mi consultorio con un audífono totalmente roto. Le expliqué que lo enviaría a reparar de inmediato, pero que iba a estar sin el audífono durante unos días. Cuando comenzó a quejarse de estar sin el audífono, le interrumpí y le recordé que siempre se quejaba de que no le gustaban sus audífonos y que me sorprendía que se molestara por estar sin él un día o dos. Me miró directamente a los ojos y me dijo: “Tienes razón. Realmente no me gustan mis audífonos. Pero sin duda me gusta poder oír”.

Tom:  ¡La pérdida auditiva tiene solución! Hoy en día, los audífonos son tan avanzados que no hay razón por la cual las personas deban perder la capacidad de comunicarse y participar de la vida.

Carrie: Creo que las personas siempre se centran en el problema muy claro de que la pérdida auditiva afecta su capacidad para oír y comunicarse. Sin embargo, existe una gran cantidad de pruebas que indican que la pérdida auditiva también afecta a otros aspectos de una vida sana. Por ejemplo, el equilibrio: las personas con pérdida auditiva, aunque sea leve, son más propensas a caerse. La depresión también es un problema común relacionado con la pérdida auditiva. Y aún más importante, la pérdida auditiva está directamente relacionada con el deterioro cognitivo, la pérdida de la memoria y la demencia. Tratar la pérdida auditiva de forma temprana puede mejorar la salud y el envejecimiento saludable.

Tom: En primer lugar, los audiólogos detestan que, al contar lo que hacen, las personas les respondan en broma con un “¿Qué?” o “¿Eh?”. Y en segundo lugar, como audiólogos, no solo nos ocupamos de los audífonos. Los audiólogos reciben una amplia formación en anatomía y fisiología, electrofisiología, acústica, psicofísica, neurología, función vestibular y condiciones subyacentes. Los audiólogos se ocupan de identificar y tratar todos los problemas de audición y equilibrio para todas las edades. Siempre bromeamos con que atendemos a los pacientes desde el útero hasta la tumba.

Carrie: En primer lugar, cuando le cuente que soy audióloga, no diga “¿Qué?”. Esa broma dejó de ser graciosa hace 30 años. En segundo lugar, me gustaría que las personas supieran que la pérdida auditiva no es algo vergonzoso. No significa que sea viejo, sino que es humano. Ojalá las personas supieran durante cuántos años se perdieron de cosas realmente especiales por no haberlas oído. Siempre bromeo con que un “te quiero” no suena muy dulce si alguien te lo grita.

Alguien que pueda tener problemas de pérdida auditiva, pero que no cree que deba hacerse una revisión.

Tom:  Su audición no se va a corregir mágicamente de la noche a la mañana y cuanto más tiempo espere alguien para obtener ayuda, más difícil será ayudarlo. A medida que perdemos la audición, también empezamos a perder la capacidad de distinguir los sonidos. Esa capacidad de distinción es difícil de mejorar y cuanto más tiempo se espera, más difícil resultará. Una consulta con un audiólogo es indolora y, a veces, consiste simplemente en eliminar la cera acumulada en los oídos.

Carrie:  Nunca tuve un adulto en mi consultorio que realmente creyera que tenía una pérdida auditiva. Todos los pacientes que atendí se sorprendieron mucho cuando les mostré y les expliqué su pérdida auditiva. Mi consejo sería que deje de pensar en la pérdida auditiva como un problema. Lo que escucho de los pacientes es que todo el mundo les decía lo que les estaba ocurriendo. Nadie quiere que le digan que tiene un problema médico: es aterrador y preocupante. Por el contrario, dígale lo mucho que se preocupa por él, cuánto desea que participe en todo lo que ocurre en su familia: desde cosas pequeñas, como ver la televisión, a cosas grandes, como bodas y fiestas de graduación. Dígale que desea que esté a su lado durante mucho tiempo y que la audición es una parte fundamental de una vida larga y feliz.

Helen Keller lo dijo mejor. Una vez le preguntaron que si pudiera recuperar un solo sentido, ¿cuál elegiría? ¿La vista o la audición? Todos se sorprendieron cuando dijo que prefería ser ciega antes que sorda. Ella lo explicó así: “Ser ciega me separa de las cosas. Ser sorda me separa de las personas”.